Tangos Políticos IV
Entrevistada por León Benarós en 1987 la cantautora Eladia Blázquez responde: “¿Acaso la facultad de sentir y expresar a la ciudad y a nuestra gente es un privilegio exclusivamente masculino? ¿O es que las “minas” no formamos parte de este enjambre humano que es Buenos Aires, y no nos duele igual su trasfondo gris?”. Sin lugar a duda, la figura de Eladia Blázquez debe pensarse como verdadero faro de las letristas y cantautoras que la sucedieron: Mandy (Amanda Velazco), María del Mar Estrella, Marcela Bublik, Bibi Albert, Claudia Levy, Marta Pizzo, Nélida Puig, Lina Avellaneda, entre otras.
El protagonismo de las mujeres irá asentándose y creciendo a finales de los noventa y principios del siglo XXI, en consonancia, claro está, con la participación mayoritaria de las mujeres en todas las áreas creativas y performáticas de la práctica de tango, y, por supuesto, en sintonía con el activismo feminista y la masificación del colectivo.
Si muchas bailarinas pusieron en jaque la lógica del discurso del tango-danza donde el hombre (macho) es el que guía, y la mujer (hembra) quien sigue; en simultáneo comenzaron a emerger las primeras prácticas queer. La investigadora Mercedes Liska en su libro Entre géneros y sexualidades: tango, baile y cultura popular, libro de la editorial Milena Caserola que es parte de la colección “Mandrágora Porteña” que edito y dirijo, refiere acerca del inicio del activismo queer en el tango:
“Surgieron dos iniciativas de manera casi paralela e independiente entre sí, una de varones y otra de mujeres, con procesos bastante parecidos; un comienzo de práctica informal entre amigos y conocidos en ámbitos sociales y artísticos de un público mayoritariamente gay, que de a poco fue acercándose al circuito de tango porteño. Había en principio un matiz entre ambas, y es que la de varones estaba más circunscripta a generar un espacio de tango para gays mientras que la de mujeres de entrada pensó en el efecto político (…)”.
En sintonía con la propuesta, pero sobre todo para seguir profundizando vivencias y conceptos te comparto Tango Queer, romper la postal (2018), una entrevista a Juampy Ramírez y Daniel Arroyo enmarcada en el primer festival Montevideo Tango, bajo la producción general de Lucia Caldes Acosta.
Serán también algunas intérpretes, músicas y letristas quienes, con sus propias herramientas, se opongan a la norma establecida. Entendiendo que el artefacto canción es (también) discurso de poder, por caso, es posible interrogar y cuestionar un texto no solo en su significancia e intencionalidad, sino también en relación a quién o quiénes lo producen y reproducen, a quiénes potencia y a quiénes debilita.
Así, puesto que la escritura de letras de tango ha sido potestad casi exclusiva del varón, sus textos legitiman masculinidades hegemónicas y códigos patriarcales, que exponen a la mujer como un sujeto inferior, pero también peligroso y fatal: una alteridad, corporal y discursiva, que hay que dominar. Como señala Zavala: “El asunto de la representación está ligado a múltiples problemas: en primer lugar, el “hablar por el otro” que significa el reconocimiento del lenguaje propio como centro semántico-verbal único del universo ideológico. Analizar la representación desde estos supuestos significa la descentralización semántico-verbal del universo ideológico y el absolutismo de la lengua unitaria y única del mundo homosocial del patriarcado (…) y como constructo, la mujer se describe a partir de una serie de reducciones y cualidades, en relación con discursos autorizados o con fantasías masculinas.”
En línea con otra idea de la autora que refiere a “…descolonizar el canon del patriarcado, reapropiarlo y reescribir las culturas restaurando sus silencios te llega Me dijeron tango de Claudia Levy:
Me dijeron que te vieron a las tres de la mañana,
la corbata enmarañada, caminando de coté,
que ya estabas tan en curda, que le hablabas a los postes,
que pateabas la basura por culpa de una mujer.
No te hagás el pobre tipo porque todos ya sabemos,
que a vos no te importa un bledo si hacés mal o si hacés bien,
que a la mina que llorabas, arrastrado por las calles
la fajaste siete veces y la maltrataste cien (…)
Ahora sí oirás y verás este tango interpretado por La Empoderada Orquesta Atípica, dicho por ellas, una agrupación de tango transfeminista gestada en 2018 a partir del deseo de numerosas mujeres músicas que se unieron para desarrollar un proyecto musical, colectivo y con perspectiva de género. Conformada actualmente por 19 mujeres.
Sin ingenuidades ni nostalgia por el pasado, en estos más de veinte años de tango han cambiado muchas cosas en cada uno de nosotros y entre nosotros, y una de las que aprendimos –y que no se avistaba en nuestra “agenda post 2001”– fue que necesitábamos y necesitamos urgentemente desaprender los machismos que sustentan la base de nuestras identidades de género; sin ir más lejos, el reciente 5 de octubre de 2024 en el marco del Gavito Tango Festival que se llevó a cabo en Los Ángeles (EEUU), el bailarín Gustavo Naveira maltrata verbal y gestualmente a su compañera de baile Giselle Anne, ejerciendo lisa y llanamente un acto de violencia. El video rápidamente circuló en las redes sociales generando hacia el bailarín el enérgico repudio de la comunidad tanguera, suscitando a la vez múltiples e interesantes debates.
https://youtu.be/VB_nCfEnqXY?si=rCkbkri4AL9u8nJO
lo que el tango (y la sociedad) merece desterrar
Por lo dicho y visto esto cabe de igual manera seas hombre, mujer o trans, el machismo nos ha “educado” a todos; detectar y desmantelar nuestros prejuicios sexistas a las que nos hemos acostumbrado a lo largo de nuestra socialización heteronormativa sigue siendo nuestro aprendizaje.
Y es que todo esto moldea nuestras prácticas. Sin duda, la presencia cada vez más contundente de las mujeres y disidencias, la visibilidad de sus propuestas y producciones, y su militancia activa contra todas las formas de violencia; unidas a un contexto social donde el movimiento feminista tiene un ascendiente inédito en la arena pública augura desde las bases del pueblo, o por lo menos este es el deseo de tantas y tantos argentinos, un futuro más diverso, plural e igualitario, dicho esto a sabiendas de los ninguneos de la política del gobierno actual de Milei que a tan solo ocho meses del inicio su gestión ya cerró el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades y el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo).
Finalizando así la cuarta y última entrega de esta serie de notas que elegimos llamar TANGOS POLÍTICOS, te saludo y te digo: La lucha continúa…