Una primera etapa de exploración
Para los músicos, la primera etapa del #tangosigloxxi fue esencialmente exploratoria: intentar comprender el género, desentrañar sus secretos. Descubrir cómo hacer de esas partituras intrincadas, efectivamente tango.
A mediados de los años ’90, comenzaron a circular por aquellos espacios donde el tango todavía podía encontrarse en esos primeros años de reconstrucción: boliches amigables, incipientes locales y, por supuesto, las milongas.
Choques generacionales en la pista
La relación con las milongas fue voluble. A la algarabía inicial por la incorporación de músicos (y bailarines) jóvenes a una escena que parecía destinada a desaparecer, siguió muy pronto el choque generacional entre milongueros y músicos.
«Ese no es tango para bailar, pibe”, o “así no se toca”, eran frases comunes que reflejaban la tensión.
Los mandatos históricos se impusieron por sobre la curiosidad. La pregunta ya no era sólo qué tango tocar, sino cómo hacerlo bailable.
Nacen las orquestas pensadas para la milonga
Algunos años más tarde, surgieron las primeras orquestas milongueras: grupos concebidos para ofrecer al bailarín lo que –supuestamente– sus pies necesitaban.
Dos agrupaciones se destacan particularmente en esta etapa:
Sexteto Milonguero: picardía y expansión internacional
Fundado en 2006 por Javier Di Ciriaco, el Sexteto Milonguero no fue pionero, pero sí uno de los primeros éxitos del nuevo tango bailable.
Con una presencia escénica potente y un repertorio pegadizo, la agrupación encontró su lugar dentro y fuera del país. Su formato compacto le permitió acceder a giras por mercados internacionales que aún no se habían planteado tener música en vivo de tango argentino.
“Contrabandearon influencias ajenas al tango en los oídos más conservadores”, señala el autor.
Abrieron así una nueva puerta al mercado global de milongas con música en vivo.
Orquesta Típica Misteriosa Buenos Aires: tradición con identidad
En 2008, el pianista y compositor Javier Arias fundó la Orquesta Típica Misteriosa Buenos Aires, tras la disolución de la OT Fervor de Buenos Aires.
Cansado de resistencias internas a sus composiciones originales, Arias armó una formación a medida, con músicos afines y la incorporación clave de Eliana Sosa como cantante.
Tradicional y moderna a la vez, la “Miste” encontró una fórmula estética clara y carismática.
Se convirtió en un referente local, al lograr conjugar las inquietudes musicales de su director con las exigencias de los sectores más conservadores del tango bailable.
La Romántica Milonguera: el fenómeno viral
Hubo que esperar hasta 2016 para que surgiera un nuevo “fenómeno” milonguero: la Orquesta Romántica Milonguera, creada por el violinista Lucas Furno y el pianista Tomás Regolo.
La idea era clara desde el comienzo: una orquesta “grasa, pero grasa bien”, con sonido afilado y seductor que recordara a la de Fulvio Salamanca, pero con una impronta actual, paritaria y estéticamente cuidada.
Redes sociales y videoclips como clave del éxito
La Romántica fue también la orquesta de las redes sociales. Sus videoclips –protagonizados por los coqueteos entre sus cantantes Roberto Minondi y Marisol Martínez– cosecharon millones de vistas. Su versión de Poema bordea los seis millones de reproducciones.
Su propuesta estética y narrativa permitió abrir el mercado en pueblos y ciudades alejadas del circuito milonguero porteño.
Furno y Regolo entendieron el contexto cultural y tecnológico, y supieron aprovecharlo desde un enfoque laboral y profesional.
Conclusión: con los recuerdos también se baila
Aunque los cambios de formación bajaron un poco el furor inicial, la Romántica Milonguera sigue siendo una de las principales orquestas del circuito milonguero actual.
Porque en el tango del siglo XXI, más allá de las transformaciones, con los recuerdos también se baila.
