Este dúo, se caracteriza por la fusión de experiencia y juventud que surge del encuentro del compositor bandoneonista y cantante Tomi Lebrero, y el virtuoso guitarrista, pianista y cantante Tomi Mutio.
Juntos tienen un amplio repertorio con dos caras más visibles: tango bailable/ canción autoral Argentina. Su repertorio puede ir desde clásicos del Tango en sus arreglos originales, hasta composiciones propias de Lebrero, Piazzolla, Vilca. Los invitamos a sumergirse en la magia de la escena contemporánea argentina con este dúo que fusiona tradición y vanguardia.
Tomi Lebrero
Estudió bandoneón con Rodolfo Mederos y Julio Pane. Realizó varias giras tanto por Europa, Japón y Latinoamérica. Formó parte de la orquesta típica Fernádez Fierro. Participó en reiteradas ocasiones del festival de Tango de Buenos Aires, del Facaff y del Festival de tango electrónico. Desde el año 2005 lidera el grupo llamado el “Puchero misterioso”, quinteto conformado por instrumentos como violín, piano, bajo y batería. Con esa agrupación toma elementos tanto de la música rioplatense como de la cultura rock. Tiene 22 discos editados en Argentina y 2 discos editados en Japón. Visitó en reiteradas ocasiones tanto Europa como Japón presentando sus propias composiciones como también clásicos del repertorio Argentino. Es curador del ciclo del ciclo «Bandoneón Lado B» en Café Vinilo (Buenos Aires).
Tomi Mutio
Nació en una familia de músicos en la provincia de Corrientes (noreste argentino). A los cuatro años comienza a tocar la batería. En los años siguientes aprende a tocar piano, guitarra y bajo. Hace 4 años estudia en la carrera de música popular de Avellaneda especializándose en guitarra tango y arreglos para orquesta típica. Este sería su primer viaje internacional como músico, así todo, como suele decir Lebrero de su compañero: “Mutio tiene la edad de las piedras, y la mayoría de las veces soy yo el que aprende de él. Cuándo digo que es un virtuoso, no solo me refiero a alguien con una capacidad técnica inusitada, con una de esas orejas áureas con las cuales nos cruzamos pocas veces en la vida, sino más bien, me refiero a la madurez que tiene para administrar los recursos virtuosos a favor del buen gusto«.