¿Quién era Jorge “Alorsa” Pandelucos?

Lunfardo en el siglo XXI. «Buscavidas» un tango de Jorge «Alorsa» Pandelucos.

Es cierto. La circulación del lunfardo en las letras de los tangos del siglo XXI es escueta, prácticamente nula; y parecería imposible imaginar en la actualidad tangos del calibre de El Ciruja, Milonga Lunfarda, En un feca ¿Imposible?

Por lo dicho, las mil conjeturas: ¿Los letristas actuales no le ponen la oreja al pueblo, por tanto, no están pudiendo apropiarse de las nuevas formas discursivas del habla popular? ¿Los que se atreven lo hacen de manera artificiosa, por tanto, carente de vida? ¿La cumbia villera en primer término, y actualmente los freestylers y el trap vinieron a ocupar la silla vacante? Y bla, bla, bla…

Sin embargo, entre tanta neblina podemos reconocer en la figura de Jorge “Alorsa” Pandelucos –alma mater de La Guardia Hereje– a un verdadero continuador de la tradición de letras de tango con pinceladas de lunfardo.

Por obra y militancia, uno de los impulsores de la escena del tango siglo XXI. Su búsqueda fue apostar a la creación de “tangos con onda” –así lo expresó en más de una entrevista–, desligándose de aquellos que por temática buscan empantanarse en la queja; por el contrario, sus creaciones provocan la sonrisa cómplice que, a veces, envueltas en el grotesco puede o no esconder una lágrima. En esa búsqueda la clave de su poética fue describir el cotidiano, reinventarlo, buscando que el corazón del oyente encuentre allí su caja de resonancia. Alorsa le hizo sentir al hombre y la mujer de a pie, al taxista, al verdulero, a la hippie, al pelado del country, e incluso al enano de jardín olvidado entre las macetas, que sus historias tenían espacio en la canción de tango:

Pobre enano de jardín, que solito quedó / la medianera de cal le tapa siempre el sol / y el yuyo que ya creció / hace que un caracol le babee la jeta (…)

Pero vayamos de lleno al quid de la cuestión: la circulación de las palabras en lunfardo en sus letras. A medida que escuches sus canciones notarás que no las incrustaba como mero “color” forzado para seguir una tradición, me animo a decir que asomaban de manera espontánea, pues eran tomadas de la semilla idiomática de la calle, por ende, su lunfardo estaba “vivo”.

Un claro ejemplo, su tango Buscavidas (palabra que, si quisiéramos, nos daría por apócope un término en lunfardo “busca”). Pero no quiero escaparme por la tangente y sí echar una luz lunfarda sobre este tango que, además de la interjección coloquial “sanseacabó”, la palabra de origen francés “buffet”, y las inglesas “winner” y “sport”; nos ofrece entre lunfardismos, vesre, y paranomasias más de veinte vocablos.

No me voy a detener en sus etimologías, pero sí quiero definir velozmente los tres conceptos recién nombrados:

a) Dicho por José Gobello: “El lunfardo es un repertorio de vocablos que el hablante de Buenos Aires (yo diría, rioplatense) utiliza en oposición a la lengua común” aclarando que su origen no es carcelario sino producto de la inmigración. Mamúa, bulín, curro, facha, joda; las verbalizaciones: sanateo, mangar, estrolar, chamuyar, son solo algunas de las palabras lunfas que asoman en este tango.

b) Vesre (revés): juego lingüístico de trasposición de sílabas. Alorsa lo hace con palabras castizas: sanguche = chegusán; hotel = telo; libro = broli, y con una del lunfardo: camba = bacán.

c) Paranomasia: por semejanza fonética figuran: tragedia = traje; champú = champán. Y como si esto fuera poco, de yapa el diminutivo de otro vocablo lunfa: fato = fatito.

De vida y obra breve, el “Gordo Alorsa” muere en 2009 a la edad de 38 años con apenas 23 canciones editadas. Antes de compartirte letra y música de Buscavidas, juguemos a que anda por aquí nomás. Así se presentaba:

«A ver… me llamo Jorge Marcelo Pandelucos, me dicen Alorsa, venido al mundo en la ciudad de La Plata el 24 de noviembre de 1970 (sagitario y perro, pero ni bola al horóscopo), radicado en la República Separatista de Tolosa. Hice la secundaria en el Liceo Naval, y terminé los estudios de ingeniería electrónica. Fui profesor secundario, barman en San Martín de los Andes, encargado de cafetería en Capital, ingeniero electrónico y actualmente cantautor y chofer de taxi. Soltero y sin apuro, conocimientos musicales escasos y a mucha honra. Buen asador y matero semi profesional (…)»

— Jorge «Alorsa» Pandelucos

Buscavidas

Sin que se avivara el del bufet
el vendía frola y chegusán en el colegio.
La primera novia le bancó
el telo, el tacho, el Turimar para el recreo.
Con el verso pillo y entrador
fue el más querido y el “campión” del sanateo.
Nadie le avisó que sanseacabó
lo estaba esperando a la final.

Fue el primero que empezó a pitar
y fue el primero que volcó de una mamúa.
Y largó los broli pa´ enganchar
un fatito fenomenal que no se dio.
Cuando ya se estaba por casar
contra la hija de un bacán lo deschabaron.
Nadie le avisó que sanseacabó
lo estaba esperando a la final.

¿Dónde, buscavidas,
quedó tu facha ganadora,
tu sonrisa al chamuyar?
¿Quiénes, buscavidas,
te hicieron creer que eras un winner,
te dejaron estrolar?
Cuando se acaba el tiempo de la joda,
nadie queda por mangar.
Solo en el bulín, (¿quién lo iba a decir?)
escuchás un tango y lagrimeás.

Lo metió en el curro sindical
un amigote del papá que era puntero.
Elegante sport y celular,
tragedia y pizza con champú mientras duró.
Se hizo adicto al cheque volador,
fue a rescatarse a La Feliz a rojo y negro.
Nadie le avisó que sanseacabó
guarda siempre el ancho pa´l final.

Fue a alquilarse un cine que cerró,
echó a los fieles y al pastor pa´ hacer un paddle
Puso un laverrap y se fundió,
hasta hace poco laburó en un remis.
Fracasó el criadero de “lumbriz”
y las chinchillas se murieron en invierno.
Nadie le avisó que sanseacabó
al final te la manda guardar.